martes, 13 de octubre de 2015

LA TIERRA HUECA
A principios de 1970, la Administración del Servicio de Ciencia del Medio Ambiente (ESSA), perteneciente al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, proporcionó a la prensa unas fotografías del Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968. Una de las fotografías mostraba el Polo Norte cubierto por la acostumbrada capa de nubes; la otra, que mostraba la misma zona sin nubes, revelaba un inmenso agujero donde hubiera debido estar el Polo. El ESSA estaba lejos de sospechar que sus fotos rutinarias de reconocimiento atmosférico iban a contribuir a despertar una de las controversias más sensacionales y célebres de la historia de los OVNIS.
En el número de junio de 1970 de la revista Flying Saucers, el editor y ufólogo Ray Palmer reprodujo las fotos del satélite ESSA-7 junto con un artículo en el que manifestaba que el agujero de la foto era real.
Durante mucho tiempo, Ray Palmer y otros ufólogos habían creído que la Tierra es hueca, y que los OVNIS provienen y retornan a una civilización de seres superiores que está oculta en su interior inexplorado. En 1970, gracias al apoyo de una fotografía en que aparecía el enorme agujero del Polo Norte, Palmer pudo por fin asegurar que la super-raza subterránea existía y probablemente se podía llegar hasta ella a través de los agujeros de los polos Norte y Sur.
En los números siguientes de Flying Saucers apoyó su teoría resucitando otra antigua controversia sobre la "Tierra hueca": la de las famosas expediciones del vicealmirante Richard E. Byrd a los polos Norte y Sur. El vicealmirante Richard E. Byrd, cuyas expediciones polares desataron la polémica sobre la teoría de la tierra hueca.


El primer testigo
El vicealmirante Richard E. Byrd de la US Navy fue un distinguido aviador pionero y explorador polar que sobrevoló el Polo Norte el 9 de mayo de 1926 y dirigió numerosas expediciones a la Antártida, incluyendo un vuelo sobre el Polo Sur el 29 de noviembre de 1929. Entre 1946 y 1947, llevó a cabo la operación a gran escala llamada "High Jump" (Salto Alto), durante la cual descubrió y cartografió 1.390.000 km2 de territorio antártico.
Las famosas expediciones de Byrd entraron por vez primera en la controversia de la Tierra hueca cuando varios artículos y libros -especialmente Worlds beyond the Poles (Mundos más allá de los Polos), de Amadeo Giannini- pretendieron que Byrd había en realidad volado no por encima del Polo, sino hacia dentro de los grandes agujeros que llevan al interior de la Tierra. Ray Palmer, basándose principalmente en el libro de Giannini, introdujo esta teoría en el número de diciembre de 1959 de su revista y, a raíz de ello, mantuvo una voluminosa correspondencia al respecto.

Según Giannini y Palmer, el vicealmirante Byrd anunció en febrero de 1947, antes de un supuesto viaje de 2.750 km. a través del Polo Norte:
"Me gustaría ver la tierra más allá del Polo. Esa área más allá del Polo es el centro del Gran Enigma."
Giannini y Palmer decían también que, durante su supuesto vuelo sobre el Polo Norte en 1947, el vicealmirante Byrd comunicó por radio que veía debajo de él, no nieve, sino áreas de tierra con montañas, bosques, vegetación, lagos y ríos y, entre la maleza, un extraño animal que parecía un mamut. También, siempre según Giannini y Palmer, en enero de 1956, después de dirigir otra expedición a la Antártica, el vicealmirante Byrd había manifestado que su expedición había explorado 3.700 km. más allá del Polo Sur y, además, justo antes de su muerte, Byrd había dicho de la tierra más allá del Polo que era "un continente encantado en el cielo, tierra de misterio permanente". Esa tierra, según otras teorías, era la legendaria Ciudad del Arco Iris, cuna de una fabulosa civilización perdida.
Para Giannini y Palmer, los comentarios atribuidos al vicealmirante Byrd no hacían más que confirmar lo que ellos habían sospechado siempre: que la Tierra tiene una forma "extraña" en los Polos, algo parecido a un "donut", con una depresión que, o bien se hunde muchos kilómetros en las entrañas de la Tierra, o forma un agujero gigante que pasa a través del eje de la Tierra, de un polo a otro.
Dado que, por razones geográficas, es imposible volar 2.750 km. más allá del Polo Norte o 3.700 km. más allá del Polo Sur sin ver agua, es lógico pensar que el vicealmirante Byrd debe haber volado hacia dentro de las enormes cavidades convexas de los polos, dentro del Gran Enigma del interior de la Tierra y que, si hubiera seguido adelante, habría llegado a la base secreta de los OVNIS que pertenecen a la super-raza oculta, quizás la legendaria Ciudad del Arco Iris que Byrd habría visto reflejada en el cielo.

La posibilidad de que la Tierra sea hueca, de que se pueda entrar en ella a través de los polos Norte y Sur, y de que civilizaciones secretas florezcan en su interior, ha espoleado las imaginaciones desde tiempo inmemorial. Así, el héroe babilonio Gilgamesh visitó a su antepasado Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo trata de rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de Egipto se comunicaban con el mundo inferior, al cual accedían a través de túneles secretos ocultos en las pirámides; y los budistas creían (y creen todavía) que millones de personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el rey del mundo.
El mundo científico no fue inmune a esta teoría
Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII dedujo que la Tierra era hueca, que contenía un sol central y que estaba habitada; y el doctor Edmund Halley, descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra en el siglo XVIII también creía que la Tierra era hueca y albergaba en su interior tres plantas. Ninguna de estas teorías estaba sustentada científicamente, pero alternaban con varias obras de ficción sobre el mismo tema, las más importantes de las cuales eran Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe (1833), en la cual el héroe y su compañero tienen un terrorífico encuentro con seres del interior de la Tierra; y el Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne (1864), en la cual un profesor aventurero, su sobrino y un guía penetran en el interior de la Tierra a través de un volcán extinguido en Islandia, y encuentran nuevos cielos, mares y reptiles gigantescos y prehistóricos que pululan en los bosques.
 La creencia en una Tierra hueca estaba tan extendida que incluso Edgar Rice Burroughs, el célebre autor de Tarzán, se sintió obligado a escribir Tarzán en las entrañas de la Tierra (1929), en el que el famoso hijo de la selva va a Pellucidar, un mundo que se encuentra en la superficie interior de la Tierra y que está alumbrado por un sol central. La sombra más allá del tiempo (1936) de H.P. Lovecraft transportó el tema a la época actual describiendo una raza antigua y subterránea que dominó la Tierra hace 150 millones de años y que, desde entonces, en el refugio de la Tierra interior, ha inventado aviones y vehículos atómicos, y domina el viaje en el tiempo y la percepción extrasensorial.


El enigma de la foto satelital resuelto
¿Y qué hay del enorme agujero que se podía observar en la fotografía de las regiones árticas? La explicación es ridículamente simple y se le podría haber ocurrido a cualquier niño inteligente que supiera algo sobre la rotación diaria de la Tierra. Por desgracia, los entusiastas de la teoría de la Tierra hueca tomaron dicha fotografía como "prueba" sin antes consultar con nadie mínimamente experto en el asunto.
La fotografía es un mosaico de imágenes de televisión tomadas por el satélite durante 24 horas, que muestran la Tierra desde diversos ángulos. Las imágenes fueron procesadas por una computadora y unidas de modo que formasen una vista total de la Tierra como si el observador se hallase en un punto directamente encima del Polo. Durante esas 24 horas, todos los puntos en las latitudes ecuatoriales y medias recibieron luz solar durante algún periodo de tiempo, y aparecen iluminados en la fotografía compuesta. Pero las regiones cercanas al Polo estaban en ese momento sumidas en la oscuridad permanente del invierno ártico. Por ello hay una área no iluminada en el centro de la foto.
Aún así. Según rumores, lo que sí han fotografiado los satélites han sido Ovnis entrando y saliendo de los polos. Como si en ellos existieran puertas. ¿A donde?  Debajo de nuestros pies, se ocultan muchos misterios...
Desde los inicios de la humanidad los seres humanos se han visto fascinados con la idea de la existencia de una civilización subterránea. Las mitologías griegas y nórdicas hablan de toda una civilización viviendo en un mundo completamente diferente debajo de nosotros. Sin embargo, la teoría de la Tierra Hueca no es sólo un elemento de la mitología y de la ciencia ficción. Como ya abordamos en un primer artículo sobre teorías y leyendas de la Tierra Hueca, son muchas las evidencias que parecen demostrar la existencia real de seres viviendo en un mundo dentro de nuestro mundo, un lugar que va más allá de toda imaginación.

Paro a parte de las leyendas que envuelven a la Tierra Hueca, la realidad es que en la actualidad continúa siendo un elemento muy importante en foros de conspiraciones e incluso en la comunidad científica. Sin embargo, hay una gran cantidad de pruebas serias que incluso los más escépticos no pueden negar.
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Los que creen en la teoría de la Tierra Hueca rechazan la creencia convencional de que el planeta Tierra es una esfera sólida con un núcleo en el centro, argumentando que la Tierra esta parcial o totalmente hueca en su interior. El razonamiento básico de esta teoría es que todas las deducciones en relación con el interior de la Tierra se basan únicamente en los cálculos de ondas sísmicas y gravedad, ya que no es posible explorar las profundidades de la Tierra y por lo tanto existe una alta probabilidad de que estos cálculos estén erróneos y la Tierra sea en realidad una esfera hueca. Si por un momento damos por buena esta teoría, se abre la puerta a la posibilidad de la existencia de extrañas criaturas humanidades viviendo entre nosotros.

La teoría de la Tierra Hueca de Edmund Halley
Uno de los primeros teóricos de la Tierra Hueca fue el conocido astrónomo inglés Edmund Halley. Halley descubrió que el campo magnético de la Tierra cambiaba gradualmente con el tiempo. Esto era solo posible si varios campos magnéticos estuvieran rodeando la Tierra. Halley llegó a la conclusión de que la Tierra era un cuerpo hueco que consta de cuatro concéntricas esferas, una dentro de la otra. Incluso propuso la existencia de formas de vida desconocidas presentes en cada una de estas tierras interiores.

La tierra Hueca del Dr. Cyrus Teed
En el año 1869, el Dr. Cyrus Teed propuso su propia versión de la teoría de la Tierra Hueca, afirmando que el ser humano no vivía en la superficie exterior de una esfera hueca, sino que vivían en el hueco de una esfera mucho más grande. Según su teoría, todo el universo se encontraba en el centro de una esfera hueca, mientras que los humanos vivían en el interior de la misma. El Dr. Teed incluso fundó una religión, para todos aquellos seguidores de su teoría. Sin embargo, la teoría del Dr. Teed no pudo ser probada y después de su muerte sus seguidores abandonaron la creencia en la teoría de la Tierra Hueca.

La Teoría de la Tierra Hueca, sin núcleo
Para muchas personas esta es la versión más creíble de la teoría de la Tierra Hueca, la cual sugiere que la Tierra es hueca por dentro, sin ningún tipo de núcleo. Varios teóricos de la conspiración han añadido sus propias perspectivas a esta teoría. El matemático y físico suizo Leonhard Euler propuso la presencia de un sol interior que proporcionaba luz solar a la tierra interna. El ex oficial del ejército John Symmes sugirió que había dos accesos a la Tierra Hueca, una en el Polo Norte y otra en el Polo Sur, a través de las cuales se podía acceder a la tierra interior. Aunque también cabe destacar que esta teoría ha ido cambiando con el paso del tiempo, y ahora estos accesos se encuentran repartidos en varios puntos del planeta.

Tierra Hueca seres intraterrestres
Evidencia relativas a la teoría de la Tierra hueca
El nazismo y la Tierra Hueca

Aunque esto no es una evidencia probada, hay una teoría popular que sugiere que el dictador alemán Adolf Hitler financió una expedición para descubrir la entrada a la Tierra Hueca en la Antártida, y al parecer fue todo un éxito. La teoría dice que durante la Segunda Guerra Mundial, miles de científicos alemanes e italianos desparecieron, supuestamente para escapar al interior de tierra a través de la entrada ubicada en la Antártida. La teoría incluso propone una colaboración entre los nazis y los seres que habitan en la Tierra Hueca.

Expediciones del almirante Byrd
El almirante Richard Evelyn Byrd de la armada de los EE.UU., realizó una expedición al Polo Norte el 19 de febrero 1947, en la que el propio almirante y su equipo descubrieron el acceso a la Tierra Hueca en el Polo Norte. Byrd incluso accedió a su interior, en el cual vio un paisaje sin hielo, con montañas, lagos, ríos, una gran vegetación y extrañas criaturas entre las que había un animal parecido a un mamut. Byrd habló también de máquinas voladoras que nunca había visto antes, y que conoció al rey y la reina de este mundo bizarro que fue llamado Agartha. Byrd registró todas sus experiencias de Agartha en su diario, que todavía es considerado como un descubrimiento importante sobre la Tierra Hueca.

El Monte Shasta, California
Situado en la Cordillera de las Cascadas, el Condado de Siskiyou, California, se encuentra un gran volcán activo de unos 4.322 metros de altura llamado Monte Shasta, el cual, además de ser un punto de referencia natural, es también el centro de un gran número de avistamientos bien documentados de extrañas criaturas y ovnis. Curiosamente, Byrd también mencionó haber visto extrañas criaturas y misteriosas máquinas voladoras en el reino de Agartha. Incluso hay muchas personas que creen que hay toda una civilización desconocida debajo del Monte Shasta. El geólogo británico J.C. Brown, mientras excavaba en 1904 en el Monte Shasta en busca de oro, descubrió accidentalmente una cueva que tenía once kilómetros de largo, que se dirigía directamente hacia el interior de la tierra. En la cueva, Brown descubrió oro, armas y momias. Este descubrimiento se convirtió en una de las mejores evidencias de que el Monte Shasta es una entrada a la Tierra Hueca.

Tierra Hueca
El Monte Shasta, California
Cueva del Mamut, Kentucky
La Cueva del Mamut, Kentucky, es considerado el sistema de cuevas más largo el mundo además de ser un lugar conocido por una serie de avistamientos de una criatura desconocida, así como numerosos avistamientos de ovnis. Sin embargo, es considerado otro acceso a la Tierra Hueca.

Los niños verdes de Woolpit
Y en estas evidencias de la Tierra hueca no pida faltar los niños verdes de Woolpit. En algún momento del año 1173, los agricultores locales de Woolpit en Suffolk, Inglaterra, se sorprendieron al descubrir un niño y una niña llorando en un campo, hablando con un lenguaje ininteligible y con una piel de color verde. Los niños fueron llevados a una casa cercana para que pudieran alimentarse. Pero lo más sorprendente fue que los niños no tenían conocimiento de los alimentos que les ofrecían los campesinos, y tuvieron que aprender a comer.
Aunque el niño murió poco después, la chica sobrevivió, fue educada y bautizada con el nombre de Agnes Barre y acabó cambiando su piel de color verde al de un humano normal. Agnes dijo haber venido de una tierra donde no había luz solar. Un incidente similar ocurrió en Banjos, España, donde dos niños verdes, un niño y una niña, se encontraron llorando en una cueva.

Seres reptilodes
Una de las historias más ampliamente difundida entre los expertos de la Tierra Hueca es la de un espeleólogo llamado Jerry. En la década de 1990, un equipo de espeleólogos decidieron explorar cuevas y cavernas alrededor de Missouri y Arkansas. Mientras exploraban una de las cavernas, Jerry trazó una ruta hasta llegar a un área que él creía que era en realidad el fin del sistema, cuando un crujido encima de él le llamó la atención. Jerry se subió a una pequeña abertura que había encima de él, de donde parecía provenir los enigmáticos sonidos.

Existencia Tierra Hueca
Jerry afirmó ver una extraña máquina semejante a un “carrito de golf” y a un hombre lagarto de dos metros de altura. La cara y la cabeza tenían la forma de un ser humano, pero con una nariz plana, sin oídos ni cabellos. La parte superior de la cabeza tenía una forma escamosa o una especie de cresta que se extendía hasta la parte posterior del cuello, y los labios y ojos eran inusualmente grandes. La criatura reptiliana tenía una cola de uno 1.5 metros, y llevaba un traje de color dorado.
Jerry, muy sorprendido por lo que vio, incluso afirmó haber hecho algunas fotografías de la criatura, justo antes de que se volviera hacia él, silbando. La experiencia del espeleólogo sirvió para confirmar la existencia de extrañas criaturas viviendo en el interior de la Tierra, pero aparte de este ser reptiloide, Jerry también afirmó haber sido testigo de la existencia de arañas gigantes y otro tipo de misteriosas criaturas, como si se tratar del mundo descrito por Julio Verne.
Podríamos continuar escribiendo centenares de páginas con sorprendentes evidencias que parecen demostrar la existencia de un mundo en el interior de la Tierra, con vegetación, extrañas criaturas y una civilización con tecnología muy avanzada. Pero, ¿qué te parece? ¿Existe realmente la Tierra Hueca? ¿Las máquinas voladoras que vio el almirante Byrd son naves extraterrestres procedentes del interior de la tierra? ¿Hay todo un reino subterráneo habitado por formas de vida desconocidas?


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